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La reaparición o el agravamiento de los síntomas después de un periodo de mejora es algo común en la depresión, conocido como recaída. Si sientes que has perdido interés en las cosas y actividades que antes disfrutabas, te aíslas socialmente, o te sientes extremadamente cansado y sin energía, es probable que estés enfrentando una recaída en la depresión. Sin embargo, no tienes que comenzar desde cero, ya que tienes experiencia y recursos para recuperarte.

Aunque puede parecer frustrante al principio, no te desesperes. Como sabes, la depresión es una enfermedad, y las recaídas pueden ser parte del proceso. No es tu culpa ni una situación excepcional. La realidad es que aproximadamente la mitad de las personas experimentarán una recaída en algún momento de su vida. Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), los dos primeros meses después de finalizar el tratamiento del episodio depresivo original son los de mayor riesgo de recaída.

Aunque no se puede asegurar que la depresión no vuelva a aparecer, existen medidas que puedes tomar para cuidarte, detectar señales tempranas de recaída y elaborar un plan específico para enfrentar situaciones difíciles.

Medidas para reducir el riesgo de recaídas

Aquí hay algunas pautas a tener en cuenta:

  1. Sigue el plan de tratamiento: Es esencial que cumplas con el plan de tratamiento que acordaste con tu médico.
  2. Presta atención a los síntomas residuales: A menudo, muchas personas continúan experimentando síntomas residuales, como dificultades en la atención, concentración y memoria, lo cual puede complicar la recuperación y aumentar el riesgo de recaída.
  3. Busca señales de advertencia: Mantente atento a las señales de advertencia tempranas para poder actuar a tiempo. Este ejercicio te permite tomar control de tu salud. También puede ser útil pedir a tus familiares y amigos que estén atentos a los cambios en tu comportamiento, ya que ellos a menudo notan cosas antes que tú.
  4. Identifica tus desencadenantes: Reflexiona sobre qué estaba sucediendo en tu vida cuando empezaste a notar cambios en tu estado anímico. Cada persona tiene sus propios desencadenantes; algunos comunes incluyen:
  • Falta o mala calidad de sueño
  • Situaciones de pérdida o tristeza
  • Ansiedad
  • Conflictos con seres queridos
  • Circunstancias estresantes (trabajo, estudios, problemas financieros, etc.)
  • Uso de alcohol o drogas
  • Cambios estacionales o hormonales
  • Abandono del plan de tratamiento

¿Qué hago ahora?

El primer paso ante una recaída es aceptar la situación, lo que te permitirá movilizar recursos y establecer medidas para superarla, con la guía de tu médico si es necesario.

Al identificar los síntomas de advertencia, es momento de evaluar cómo enfrentarlos. Puedes considerar:

  • Las estrategias que te funcionaron en el pasado y aquellas que se adapten a tus circunstancias actuales, como tomar un tiempo para relax o buscar apoyo en alguien de confianza.
  • Si no estás seguro de cómo afrontar la situación, es importante buscar ayuda profesional. No dudes en hablar con tu médico.

Medidas de autocuidado que te pueden ayudar

  • Busca apoyo: No tengas miedo de reconocer que necesitas ayuda. Mantente rodeado de familiares, amigos o grupos de apoyo.
  • Mantén buenos hábitos: Trata de seguir rutinas saludables relacionadas con el sueño, la alimentación y el ejercicio. Si no los has tenido, este es un buen momento para empezarlos.
  • Evita el alcohol y sustancias nocivas: Cuidado con el consumo de cualquier tipo de sustancia no prescrita.
  • Sé amable contigo mismo: Permítete sentir y expresar tus emociones, especialmente las negativas. Es útil llevar un diario de tus sentimientos y apuntar cosas positivas.
  • Enfócate en el presente: Evita pensamientos negativos sobre el futuro y no te culpes por cosas pasadas.
  • Establece metas realistas: No confundas deseos con la realidad y evita tomar decisiones importantes en momentos de crisis.
  • Acepta la incertidumbre: Adaptarte al cambio es esencial para la supervivencia.
  • Participa en actividades placenteras: Incluir prácticas relajantes como yoga o meditación puede ser muy beneficioso. Además, la atención plena (mindfulness) ha demostrado ser eficaz en la prevención de recaídas y en el manejo de pensamientos negativos.
  • Realiza sesiones de mantenimiento con EMT: Tomar sesiones de mantenimiento de Estimulación Magnética Transcraneal es una alternativa para prevenir recaídas.

Las recaídas no son inevitables, pero si ocurren, no permitas que el miedo te abrume. Has superado la depresión antes y puedes volver a hacerlo. La recuperación es posible, así que recuerda mantener la esperanza.

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