En primer lugar, es importante saber que no necesitas estar tocando fondo para ir a terapia.
Tenemos la creencia de que ir con el psicólogo es la última alternativa si nos sentimos mal. Sin embargo, no tiene que ser así. Ir a terapia nos ofrece orientación en las distintas áreas de nuestra vida, además de ayudarnos a hacer ajustes donde sea necesario y sanar.
Señales que indican que es tiempo de ir a terapia:
- tienes dificultad para regular tus emociones
- estás experimentando cambios o interrupciones en el sueño o el apetito
- se te está dificultando formar y mantener vínculos afectivos
- has experimentado un trauma (abuso en cualquiera de sus formas, fallecimiento de un ser querido, ruptura amorosa, desastre natural o cualquier evento que haya sido difícil para ti)
- ya no disfrutas de las actividades que solías hacer
- estás pasando por un duelo
- quieres mejorar pero no sabes por dónde empezar
- estás usando habilidades de afrontamiento poco saludables (adicciones, autolesión)
- te sientes sin energía la mayor parte del tiempo
- sueles estresarte con facilidad y no logras gestionar el estrés
- batallas para concentrarte y/o recordar cosas
Recuerda que tu salud mental es igual de importante que tu salud física. No la dejes para después.
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