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El ejercicio físico puede ser una herramienta importante tanto para el manejo del estrés, como para el tratamiento de la depresión, la curación de heridas y hasta la prevención de enfermedades. En lo que respecta a la salud mental, un notable número de ha demostrado que el ejercicio físico se constituye en una estrategia preventiva y en un enfoque adyuvante del tratamiento de los trastornos mentales.

Actualmente existe evidencia considerable de que el ejercicio físico regular es un tratamiento efectivo para el tratamiento de la depresión leve a moderada; sin embargo, el mismo es poco utilizado. Además, existe evidencia de que el ejercicio físico regular puede también ser utilizado en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, las alteraciones de la imagen corporal, en personas con problemas relacionados a discapacidad, y como adyuvante en la esquizofrenia, los trastornos conversivos y consumo perjudicial de alcohol. En ese sentido, se ha evidenciado que las formas más efectivas de ejercicio físico son los ejercicios aeróbicos (tales como caminar, trotar, andar en bicicleta, nadar, entre otros) y los de fortalecimiento.

La evidencia de los beneficios psicológicos del ejercicio, ya de por sí importante para personas sin trastornos mentales diagnosticados, es aún más fuerte para aquellas que los presentan. La relación existente entre diversos factores que hacen a la salud global (mental y física) de un individuo y el ejercicio físico se resume en la siguiente tabla:


Además, el ejercicio también podría tener un efecto protector en el sistema inmunitario, cuyo estado óptimo es crucial para responder de un modo apropiado a la amenaza de la COVID-19. Esto es especialmente importante para los enfermos crónicos, que son los más afectados por el virus. No obstante, esta cuestión no está resuelta y se requieren más estudios para clarificar si algún tipo de ejercicio (cantidad, intensidad) aumenta la susceptibilidad a la infección. Mantener un buen nivel de actividad física es clave para abordar la conducta sedentaria, así como para mitigar el impacto psicológico de la cuarentena, ya que el sedentarismo tiene un conocido efecto perjudicial en la función cardiovascular. A la vista del confinamiento actual, se han tenido que modificar los programas de ejercicio regular al aire libre y adaptarlos a las condiciones del hogar, aprovechando el espacio y el material disponibles.

Es de gran importancia seguir las recomendaciones de las sociedades científicas, las instituciones sanitarias y los expertos. Sin embargo, aún hay dudas sobre cuáles son las características del ejercicio más  apropiadas que hay que tener en cuenta, como el tipo, la frecuencia, la duración, la cantidad y la intensidad.

Durante mucho tiempo, se ha considerado que 10.000 pasos al día son la cantidad mínima necesaria para considerar a una persona «físicamente activa», con una cifra ligeramente inferior para las personas mayores y los enfermos crónicos (7.000-10.000) y cifras más altas para los niños y adolescentes (> ñ 11.000-13.000, aproximadamente). Hace poco se ha cuestionado este umbral y se ha observado una mortalidad inferior en mujeres mayores que realizaban 4.400 pasos al día, y los beneficios máximos se han obtenido con 7.500 pasos diarios. Además, la intensidad es decisiva para conseguir estas recomendaciones y el número de pasos puede reducirse si la velocidad aumenta en determinados momentos del día (≥ 100 pasos/min) o si la actividad es enérgica. Al mismo tiempo, la recomendación sobre actividad física para los adultos sanos estadounidenses, publicadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, es realizar por lo menos 150-300 min semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75-150 min semanales de intensidad enérgica, con un mínimo de 2 sesiones semanales de fortalecimiento muscular. De un modo específico, se anima a los niños y a los adolescentes a realizar más de 60min/día de actividad entre moderada y enérgica, mientras que las personas mayores y aquellas con enfermedades crónicas deberían llevar a cabo programas multicomponentes que incluyan ejercicios de aeróbic, fortalecimiento, flexibilidad y equilibrio. No obstante, puesto que 1 de cada 4 adultos en todo el mundo no satisface las recomendaciones mínimas y el confinamiento actual lo hace aún más difícil, se requiere una nueva estrategia para conseguir un nivel de ejercicio físico saludable.

Una opción viable para el ejercicio durante el confinamiento son los entrenamientos vía plataformas digitales, en Neurowave recomendamos en.nat si es que estás interesadx en este tipo de entrenamientos:

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